sábado, 17 de octubre de 2009

En base a todo lo que leímos sobre leyendas y mitos urbanos en nuestras clases de literatura con la pofesora Julia Bensusa, uno de nuestros trabajos fué la creación de nuestras propias leyendas urbanas o la modificación de algunas existentes. A continuación les mostramos algunas leyendas que nos inspiraron con nuestras producciones:


La leyenda de la Difunta Correa pertenece al foclore del Litoral Argentino, y relata la historia de una madre que de la muerte, sigue dando vida a su hijo !
 


Allá por el año 1835, un criollo de apelido Bustos fue reclutado en una leva para formar parte de las montoneras de Facundo Quiroga, y aunque, oponiendo toda resistencia a responder ante este llamado, fue llevado a La Rioja por la fuerza.
Su esposa, doña María Antonia Deolinda Correa, cayó en desesperación pues, no sólo que su marido estaba siendo enviado a lo que sería una muerte segura, sino que también iba enfermo. Así que tomó a su hijo y siguió las huellas de la montonera.
Caminó y caminó a través del desierto, y según cuenta la leyenda que difunden los lugareños, cuando estaba ya desfalleciendo, sedienta y agotada, se dejó caer en la cima de un pequeño cerro. En eso pasaron unos arrieros, quienes vieron animales de carroña que revoloteaban, y se acercaron al cerro donde encontraron a la madre muerta y al niño aún con vida, amamantándose de los pechos de su difunta madre. Los arrieros recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la Sierra Pie de Palo.
Y es así que al conocerse la historia, comenzaron las peregrinaciones de los lugareños hasta la tumba de la que llamarían “la difunta Correa“.


La llorona




La llorona es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es posible distinguir sus rasgos faciales. Los relatos populares, la describen también como una mujer sin pies, en efecto, parece desplazarse por el piso sin rozarlo.
El mito de 'la llorona' afirma que su eterno penar se debe a que busca a un hijo recién nacido que asesinó arrojándolo al río para ocultar un pecado. Y en esta línea, es parte de su penitencia, castigar a los muchachos que andan de amores prohibidos: se sube a sus caballos y puede llegar a matarlos en un helado abrazo mortal.
Se la llama 'la llorona' porque sus gemidos aterradores y penetrates que se dice que grita

              ¿ Donde esta mi hijo? ¿Dond esta mi hijo?
son tan insistentes que hasta enloquece a los perros, mientras deambula por las noches (sobre todo cuando es noche de plenilunio).
La mayoría de los relatos, la consideran señal de malos presagios, un indicador de mal agüero: puede acercarse para enfermar a las personas, empeorar a los enfermos o traer desgracias a los seres queridos.
En otros relatos, 'la llorona' se presenta como un ser inofensivo que necesita consuelo y ayuda, despertando piedad en la gente que, cuando se acerca a consolarla, les roba todas sus pertenencias.



EL GAUCHITO GIL
Antonio Mamerto Gil Núñez, correntino mercedeño, vivió al margen de la ley, obligado por las circunstancias, según los sostenedores del mito. También se le adjudica  robar a los poderosos para ayudar  los pobres. Por su fuerte y decidido amor a la libertad y por  no obedecer con obsecuencia a los "señores" de su época, ganó la simpatía de muchos anónimos y resignados correntinos, que vieron en él, su reivindicación. Siempre contó con la protección de sus paisanos, que no sólo lo escondían de la policía, sino que disimuladamente dejaban un caballo de refresco, ensillado "por si lo precisa Gil".
Cada 8 de enero, en el Paí Ubre, una encrucijada de caminos cercana a la ciudad de Mercedes, Corrientes, se dan cita miles de devotos creyentes en sus favores. Además es costumbre por todos los camioneros o conductores que pasen frente a su santuario, tocar bocina para saludarlo, o detener la marcha un momento para elevarle oraciones. Llevan como souvenir cintas rojas que luego colgarán dentro de la cabina de manejo, estampas, o eligen entre una enorme variedad de objetos preparados en el mercado paralelo al de la fe que allí florece. El 8 de enero, aniversario de su muerte, los administradores del culto llevan la cruz del santuario hasta la iglesia de Mercedes. Una vez bendecida, es traída en procesión hasta el lugar del rito, donde comienza el incesante desfile de creyentes que depositan ofrendas de todo tipo, y se dejan llevar por el clima de fiesta, cantando y bailando al compás de alegres chamamés que interpretan conjuntos profesionales y aficionados.   
     
EL CHUPACABRAS
Dentro de las actuales leyendas ocupa un lugar destacado el Chupacabras, criatura con forma de vampiro con cuerpo  humano que ataca a animales de diferentes especies en las zonas rurales.
            Esta creencia comenzó en 1992 en Puerto Rico, y se extiende por América Central, América del Sur, y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.
            En ese año, apareció por primera vez la noticia en los periódicos portorriqueños El Vocero, y El Nuevo Día, donde se reseñaban las inexplicables matanzas de diversos animales como aves, caballos y cabras. Se le conocía como El Vampiro de Moca, debido a que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en esa  pequeña ciudad. En una primera instancia, las sospechas recayeron en grupos satanistas que se creía realizaban las matanzas en forma aleatoria. Luego se extendieron a toda la isla. El patrón común de las víctimas era uno o dos pinchazos en la zona del cuello debido a los colmillos, y su cuerpo sin una gota de sangre. En su mayoría las victimas eran cabras.
            Los testimonios de supuestos testigos, hablaban de una oscura figura con una especie de capa negra. Estas declaraciones consolidaron  la creencia que podría tratarse de una figura “vampirezca”, la cual se arraigó en la comunidad.
            La noticia trascendió a nivel mundial, y otras muertes se reportaron en países como República Dominicana, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Brasil, Estados Unidos,  México y nuestra Argentina   
EL FANTASMA DEL MUSEO 
FERNÁNDEZ BLANCO
 
Al parecer, Buenos Aires tiene sus fantasmas. Algunos sobreviven en leyendas que circulan de  boca en boca, y otras en la ficción, desde la literatura, o el cine.
Ella no tiene la culpa... de haberse muerto sin querer. Tenía sólo 17 años. Era tan joven que no pudo resistir cuando la tuberculosis atacó su frágil cuerpo. Puede que no se haya dado cuenta, o puede que esté llorando su suerte, pero lo cierto es que aún hoy da vueltas por los jardines del Museo de Arte Hispanoamericano. En una cuadra empinada que llega a la Avenida Libertador, en el barrio de Retiro, descansa una casona construida a principios del siglo XX, pero con el estilo propio de una casa colonial. Con patios y galerías, columnas en la entrada, un jardín andaluz, un aljibe y enredaderas. Y entre las columnas de la galería, bajo la luz de la luna y como alma penitente, ella camina, quizás sin saber bien por qué. La casona que alguna vez fuera “la casa de la familia Noel” es hoy la sede del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. La fachada estilo colonial es como un oasis de tradición en la cada vez más cosmopolita ciudad de Buenos Aires. Fue construida por el arquitecto argentino Martín Noel, quien además era coleccionista de arte hispano. Con el paso del tiempo, la casona fue pasando de mano en mano, e incluso fue usada como centro de trata de esclavos, como cuentan las malas lenguas. También dependió por un tiempo de la Parroquia del Socorro, ubicada a pocas cuadras de la casona. Fue en ésta época que la joven habitó la casa, en vida. Tiempo más tarde, en 1928, cuando todavía era “la mansión Noel”, un presidente de los Estados Unidos, Herbert Hoover, se hospedó en la casona… y no pudo pegar un ojo. Es que la podía escuchar, gimiendo y llorando, azotando puertas, e incluso algunos miembros de su escolta dijeron haberla visto caminando afuera, sin tocar el suave pasto del jardín. Su imagen extremadamente blanca llamó más de una vez la atención de los invitados a las reuniones que el poeta Oliverio Girondo diera en los años ‘40 en su casa aledaña al actual Museo Fernández Blanco. Por ese entonces, ninguno de los presentes (como el escritor Manuel Mujica Lainez) podía explicar qué hacía esa chica caminando por el jardín del museo a altas horas de la noche…
    
NAHUELITO
¿Realidad o ficción? ¿Observación fehaciente o chiste astuto? Una vez más enfrentamos el dilema de tomar partido en un caso que, históricamente, ha suscitado controversia.   'Nahuelito' es una criatura acuática desconocida que, según la creencia popular, vive en el lago Nahuel Huapi. La hipótesis más popular es la del monstruo prehistórico: 'Nahuelito' sería un sobreviviente de la época de los dinosaurios, probablemente un 'plesiosauro'. Una versión más fantástica sugiere que es una extraña mutación de algún animal debido a los experimentos nucleares. La mayoría de los avistamientos describen al 'Nahuelito' de forma parecida, una longitud de aproximadamente 10 a 15 metros, dos jorobas, piel de cuero y, en ocasiones, un cuello en forma de cisne
El legado de las leyendas aborígenes acerca de un animal acuático (los mapuches lo llamaban “cuero”) retozando en las aguas del Nahuel Huapi fue recuperado a comienzos del siglo XX. En 1910, George Garret se desempeñaba como gerente en una compañía que navegaba por el lago Nahuel Huapi. Un día de aquel año avistó un animal que, de acuerdo a su testimonio, "parecía tener entre 15 o 20 pies de diámetro, sobresalía quizás 6 pies por encima del agua y estuvo 15 minutos a la vista". En aquella época, las historias acerca de la existencia de monstruos acuáticos estaban en boga a partir de la gran consideración mediática que tenía Nessie, la bestia del lago Ness.Ya sea objeto de conocimiento o de la imaginación, el enigma Nahuelito es una sana excusa para mantener en estado de vigilia la curiosidad del hombre. Las aguas del Nahuel Huapi  nos invitan a explorar sus secretos.
FELICITAS GUERRERO
Iglesia de Santa Felicitas en Barracas y estatua de Felicitas Guerrero y su hijo Félix.
Hay muchos testimonios que afirman que han visto recorrer por sus calles algún que otro fantasma.
El más famoso quizás, el  fantasma de Felicitas Guerrero. Cuenta la historia que era una de las mujeres más bonitas de la sociedad porteña y fue casada a los 16 años de edad con Martín de Álzaga, quien era dueño de una de las fortunas más importantes del país.
Su marido murió diez años más tarde, por lo que Felicitas se convirtió en una joven viuda, muy bella y muy rica. Esto sin duda, despertó el interés de más de un joven. Entre ellos, de Enrique Ocampo, quien al enterarse de las preferencias de la viuda por Samuel Sáenz Valiente, en la noche del 29 de enero del año 1872 se dirigió hasta la casa de Felicitas y la asesino y luego se suicidó.
En los jardines de la casa, ubicada en el barrio de Barracas, los padres de Felicitas realizaron una iglesia, frente a cuyas rejas muchos vecinos aseguran haberla visto en los aniversarios de su muerte. Hasta hay quien asegura haberla visto llorando desconsoladamente
LEYENDA DEL VOLADOR DE FLORES  
Alejandro Dolina
Casi todos los hombres sensibles de Flores conocían a Luciano, el volador. Sabía atender un puesto de diarios en la esquina de Boyacá y la avenida. Sus apologistas pretenden que levantaba quiniela, hecho que no le consta para nada al compilador de estas historias. Por lo demás, a través de todos los mitos de Flores, parece constante el afán de enaltecer el recuerdo de los héroes, atribuyéndoles actividades relacionadas con el juego. Si es verdad lo que se cuenta, Luciano volaba. Sus escasas fotografías nos lo muestran liviano y magro, aunque carente de alas. Una de ellas, que suele utilizarse como prueba de su don, lo registra al costado derecho de un grupo numeroso y sus pies aparecen en el aire, a una cuarta escasa del suelo. Los escépticos atribuyen este efecto a un truco fotográfico o bien a un pequeño salto oportuno. Sin embargo, la tradición oral de Flores insiste en recordar los vuelos de Luciano. Los más viejos aseguran que, cuando niño, descolgaba los barriletes que se enredaban en los árboles y recobraba las pelotas que caían en los techos del vecindario. Ya mayor, prefirió siempre los vuelos nocturnos. Parece que el cielo sostiene mejor de noche y no se corre el riesgo de llamar la atención de los papanatas. Excepción hecha de los días de lluvia o de granizo, Luciano prescindía de los colectivos y taxímetros. Un viajecito al centro le insumía apenas diez minutos. Solía aterrizar en las terrazas solitarias y bajar por los ascensores para evitar el escándalo. Siendo volador, Luciano era discreto. Conoció -eso cuentan- el secreto de todos los campanarios de Flores, se cruzó mil veces con las brujas desnudas que sobrevuelan Belgrano y se saludó con los ángeles ociosos que se dejan llevar por los vientos. Sus enemigos lo acusaban de robar higos y triciclos, para no hablar de las lamparitas del alumbrado público. Los aviones le producían terror, desde un día en que paseando por El Palomar, un pardo Alejano Lincoln casi le arranca la cabeza. Manuel Mandeb ha sido el principal proveedor de anécdotas de Luciano. El pensador árabe cuenta -por ejemplo- las desagradables consecuencias que padeció a causa de su ignorancia del uso de la brújula y la posición de los astros. Así nos refiere que una noche que volaba hacia el estadio de Vélez Sársfield con la ladina intención de colarse, equivocó el camino y descubrió las fuentes mismas del río Matanza. Encontró allí -sostiene Mandeb- grandes poblaciones lacustres, semejantes a las que cundieron en Suiza hace milenios. Tomándolo por un dios, los inocentes pobladores lo agasajaron, le dieron a beber hidromiel, le cedieron a una joven más o menos doncella y le obsequiaron una yunta de gallinas y un florero, único de estos  objetos que aún se conserva. Estos cuentos son muy sospechosos. Sospechosa también es la historia que ubica a Luciano siguiendo una bandada de golondrinas hasta los trópicos o aquella que hace referencia a la lucha con un cóndor bataraz. Cuando comenzaron las calamidades en el barrio de Flores, Luciano decidió partir. Las palomas azules con sus plumas de acero coparon el cielo de la barriada y el volador sintió miedo. Manuel Mandeb insiste en que antes de irse para siempre, Luciano le contó el secreto de su increíble destreza. Dice Mandeb que un mago extranjero le concedió el don del vuelo, pero le hizo la siguiente prevención: "Volarás, Luciano, pero cuida que quienes lo sepan no escriban nunca tu historia. Cuando alguien la lea, tu poder cesará definitivamente". Esto explica que las hazañas de Luciano sólo se hayan transmitido en forma oral. Ninguno de los literatos de Luciano lo menciona jamás. Gracias a ello Luciano habrá seguido volando hasta el día de hoy, lector impío, en que tus ojos curiosos acaban de desbarrancarlo para siempre.
 

HISTORIA DE LA MANZANA MISTERIOSA DE PARQUE CHAS
Alejandro Dolina




Existe en el barrio de Parque Chas una manzana acotada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra.
No es posible dar la vuelta a esa manzana.
Si alguien lo intenta, aparece en cualquier otro lugar del barrio, por más que haya observado el método riguroso de girar siempre a la izquierda o siempre a la derecha.
Muchos investigadores han intentado la experiencia formando grupos numerosos. Los resultados han sido desalentadores. A veces sucede que el paseante sigue en la misma calle aún después de doblar una esquina.
En 1957, un grupo de exploradores franceses desembocó inexplicablemente en la estación de Villa Urquiza.
Urbanistas catalanes probaron suerte formando dos equipos y partiendo cada uno en dirección opuesta. En cualquier manzana de la ciudad es fatal que los grupos se encuentren en la mitad del recorrido. Pero en este lugar no sucede tal cosa y hasta se han dado casos en que un equipo alcanza al otro por detrás.
Los más pertinaces han realizado excursiones a través de los fondos de las casas, con el resultado de aparecer siempre dejando a sus espaldas calles que no habían cruzado jamás.
En estas experiencias se descubrió que muchos vecinos son incapaces de indicar en qué calle viven. Asimismo existen casas que no dan a ninguna calle. Sus habitantes se alimentan de sus propios cultivos o de lo que generosamente les pasan por sobre las medianeras.
Los taxistas afirman que ningún camino conduce a la esquina de Ávalos y Cádiz y que por lo tanto es imposible llegar a ese lugar.
En realidad, conviene no acercarse nunca a Parque Chas.



jueves, 15 de octubre de 2009

Video *

Leyendas y Mitos

LA DAMA DE BLANCO











ESTOS SON NUESTROS MITOS



El chupacabras
            Dentro de las actuales leyendas ocupa un lugar destacado el Chupacabras, criatura con forma de vampiro con cuerpo  humano que ataca a animales de diferentes especies en las zonas rurales.

            Esta creencia comenzó en 1992 en Puerto Rico, y se extiende por América Central, América del Sur, y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.
            En ese año, apareció por primera vez la noticia en los periódicos portorriqueños El Vocero, y El Nuevo Día, donde se reseñaban las inexplicables matanzas de diversos animales como aves, caballos y cabras. Se le conocía como El Vampiro de Moca, debido a que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en esa  pequeña ciudad. En una primera instancia, las sospechas recayeron en grupos satanistas que se creía realizaban las matanzas en forma aleatoria. Luego se extendieron a toda la isla. El patrón común de las víctimas era uno o dos pinchazos en la zona del cuello debido a los colmillos, y su cuerpo sin una gota de sangre. En su mayoría las victimas eran cabras.
            Los testimonios de supuestos testigos, hablaban de una oscura figura con una especie de capa negra. Estas declaraciones consolidaron  la creencia que podría tratarse de una figura “vampirezca”, la cual se arraigó en la comunidad.
            La noticia trascendió a nivel mundial, y otras muertes se reportaron en países como República Dominicana, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Brasil, Estados Unidos,  México y nuestra Argentina

                                                             Daiana


             Extraños ancianos
            Cuenta la historia de un pueblo muy escondido y poco habitado de la provincia  de Córdoba, que hace muchos años, una pareja de ancianos vivía en una casa muy vieja y abandonada. Todos los habitantes del pueblo los conocían y pensaban que escondían algo extraño.

    Todas las mañanas los ancianos recorrían el campo en donde  cuidaban  y alimentaban  a las  vacas que ellos criaban desde hacía tiempo.
             Por las tardes, no se sabía nada de ellos, la casa parecía deshabitada.  Cualquier persona que pasara por ahí, creía que la casa estaba abandonada; solo los habitantes del pueblo sabían de la existencia de aquella pareja.
            Sin embargo, durante la noche, cualquiera que se acercara  a la vivienda  escuchaba  ruidos muy extraños,  gritos y golpes, pero nadie sabía que era lo que sucedía.
Una mañana, los ancianos dejaron de salir a cuidar sus animales.  Los habitantes del pueblo, al no verlos más, se preocuparon y algunos decidieron ir a tocarles la puerta para saber si estaban bien.
            Nadie se encontraba allí: la pareja había ''desaparecido'' y  sus vacas estaban muertas. De una manera inexplicable, todos habían desaparecido.
             Después de 50 años, la casa fue destruida, y en ese lugar, se construyó otra donde actualmente vive una familia. Algo que nadie puede explicar es por qué en la nueva casa por las noches se escuchan mugidos de vacas y los mismos golpes y gritos que hace 50 años.

                                                   
Bianca & Fernanda


                  
                            Ajos para el enano vampiro
             Aquellos que tuvieron la suerte de vivir en el barrio de Flores sienten una especial atracción por sus esquinas y casas tradicionales. Es considerado uno de los barrios más clásicos porque a través del tiempo, sus calles, personajes, clubes y diarios locales se encargaron de crear una verdadera comunidad en ese lugar. Leyendas e historias fantásticas que algunos cuentan y creen probar su veracidad se desvisten de vereda en vereda.


            Esta es la historia de Kelbe, un hombre de baja estatura, de grandes ojos, pelo erizado y orejudo que viajó con el Circo de los Zares a Buenos Aires desde el Inframundo: el mundo del Dios Hades. Solía ser un enano bondadoso, pero cayó en manos de Hades quien se aprovechó de su generosidad y lo transformó en su plebeyo.


            Pero la famosa leyenda de Kelbe apenas comienza allí. Luego de que el dueño Harold Zidler junto con el Hombre Bala y la Mujer Barbuda lo encontraran mordiéndole el cuello a la pobre mono tití, fue expulsado del circo. El enano vampirezco debía cumplir la misión que su amo Hades le había encomendado. Para ello, necesitaba refugiarse en una casa abandonada del Bajo Flores. Pero no fue bienvenido en el barrio: a los vecinos, tan sabiamente perceptivos, les disgustaba la idea de convivir con un integrante desconocido y de tales características.


            El verdadero horror comenzó a desatarse cuando todos los gatos del lugar comenzaron a desaparecer. Los vecinos notaron que el enano poseía alguna maldición. Entonces protegieron sus casas con cadenas de ajo y llevaron crucifijos por miedo a sus ataques. Pero un día quisieron rebelarse, estaban cansados de vivir afligidos así que, idearon un plan. Intentaron cazarlo pero no pudieron hacerlo. Dicen que no volvieron a verlo y que tampoco regresó a la casa en la que se hospedaba pero por las noches se oyen los maullidos de los gatos. Todo el barrio cree que el “enano vampiro” sigue haciendo de las suyas a escondidas.
                                              

                    Antonella, Martín, Nicolás y Carlos



     Leyendas Parque Chas
             Cuenta la leyenda que, en el barrio porteño de Parque Chas, varias personas han desaparecido misteriosamente. Esto ha ocurrido de diversas formas, y nadie puede dar un testimonio verídico.
            Y es que, realmente, Parque Chas es un laberinto. La gente va y viene, pero nunca un forastero puede entrar y salir al momento: las calles pierden, desorientan; se ven iguales, se asemejan; confunden, marean. Sólo los residentes conocen sus secretos pasajes y pueden caminar por ellos con seguridad, sólo ellos te pueden guiar.
           ¿Será cierto que hubo un caso, el de un aprovechado, que ostentando su conocimiento del laberinto utilizó esta ventaja para atraer a los ilusos, a los tontos, los de afuera? Se cuenta que uno a uno caían. Entraban pero no salían, fueron convertidos en muros, en víctimas. Su sangre no fue más que ladrillos, salpicada por doquier. Sus cuerpos quedaron putrefactos en algún basurero escondido. Se sumaron a los tantos otros que se le atribuyen a esa trampa mortal, el laberinto sangriento conocido como Parque Chas.
            Por eso, si alguna vez el destino te pone en la entrada de este nefasto lugar, no te fíes de la guía de calles simplona que llevás siempre con vos. Ni siquiera de la vecina amable que intenta guiarte por las intrincadas calles… Lo único que te queda es persignarte y que Dios se apiade de tu alma.

 Agustina, Florencia M., Jessica, Victoria y Magalí


AVELLANEDA DESCONOCIDA
Cuenta la leyenda que en el año 1850 en el actual barrio de Avellaneda funcionaba un importante prostíbulo donde concurrían a escondidas de sus esposas y familias, conocidos políticos de ese entonces y personas de un altísimo nivel económico. Pero ese lugar era más que un prostíbulo, allí, en el sótano del lugar, escondían los cuerpos de las prostitutas asesinadas a golpes por los políticos, cuando ellas le pedían dinero por el “trabajo otorgado”.

Todos sabían lo que en verdad ocultaba esa casa de citas, no era sólo un espacio donde corría el dinero, el sexo y la lujuria. Era un lugar lleno de violencia y maldad.
Poco después, por motivos desconocidos, el prostíbulo cerró y nadie supo del paradero de aquellas mujeres.


En 1957, en el terreno donde se encontraba ese prostíbulo se inauguró un hospital infantil que brindaba atención a la gente humilde. Actualmente ese hospital está cerrado, solo quedó un edificio oscuro y lleno de tristeza. Dice la gente que en ese lugar se escuchan los gritos de las prostitutas golpeadas y el llanto desconsolado de las mujeres. También se cree que si un hombre que ingresa a ese edificio ha asistido alguna vez a un prostíbulo, se pierde y se queda encerrado en algún cuarto misteriosamente.

                 Macarena ♥
                
                     
   PALERMO SANGRIENTO

Toda la ciudad conoce esa casa, no solo por su belleza sino también por la historia que nadie se atreve a constatar…
          Comenzó en el barrio de Palermo donde la noche y la diversión se hacen presentes.

            Una madrugada como cualquier otra, un  chico que volvía de bailar por allí, se topó con la posibilidad de realizar una travesura: hacer un robo simple, sencillo,  tal como él decía, “solo por sentir aquella emoción”.

            Mientras caminaba tranquilamente para tomar el colectivo y volver a su casa, se cruzó con una chica entrando a una hermosa y costosa mansión. Esto tentó con el deseo de experimentar ese vértigo que en su mente repiqueteaba. Sin dudarlo se acercó a ella y la tomó de sorpresa por detrás. La muchacha, le dio todo lo que tenía y le dijo muy relajada, que dentro de su casa había más cosas para que se llevara.
            Su vista se volvió alocada, su cuerpo le pedía más y más.  Sin darse cuenta,  se encontró dentro mirando qué más llevarse.
            Se agachó y tomó un jarrón de oro blanco e incrustaciones de marfil y en ese mismo instante, un fuerte golpe lo derribó. Luego de un rato pudo recomponerse pero no entendía qué había sucedido. Intentó pararse pero algo no andaba bien, sentía que su cuerpo no le respondía, una debilidad nunca antes experimentada. Se miró con desesperación al notar  un gran manchón rojo a sus costados.  Aterrorizado  recorrió con la mirada su cuerpo y comprobó que le faltaban las manos…
            Apresuradamente se paró y salió corriendo despavorido de ese lugar.
            Al llegar a su casa, reparó en que todavía  llevaba puesta su mochila  y que dentro de esta, se encontraban sus manos envueltas en una nota que decía…”Gracias por ayudarme a robar la casa y por prestarme tus manos para dejarle a la policía las huellas necesarias para encontrar un culpable. Con cariño, Mica.”

                                       Marina, Carolina y Florencia Z.















LA DAMA DE BLANCO
(Obra dramática en dos actos)


PERSONAJES


Periodista
Leo
Ella (Alma Núñez)
Padre


I ACTO

     (En un televisor se ve a un periodista que habla sobre La Dama de Blanco. Cuando termina su parlamento, el televisor se queda sin imagen y comienza ruido blanco.)

PERIODISTA – Hay historias fantásticas y atrapantes que circulan de boca en boca, de generación en generación. Nadie sabe cuando comenzaron pero van adquiriendo un marco de credibilidad que nos va arrastrando en su misterio. La Dama de Blanco es una de ellas. ¿Qué se sabe de La Dama de Blanco? Es un personaje que está instalado en las capitales de casi todo el mundo. En Buenos Aires también. Es un ser fantasmal que se encuentra con hombres solos que caminan por las calles oscuras a quienes enamora. La Dama de Blanco está instalada en Buenos Aires desde principios de 1900 y hay gente muy conocida que asegura haberse encontrado con ella. La posible existencia de fantasmas que vagan por nuestra vida es tan vieja como el mundo y siempre ha atraído la curiosidad de cualquier humano, de cualquier mortal. En Buenos Aires, hay fantasmas y la Recoleta, donde se levanta el mítico cementerio ha sido escenario de algunas de las más terribles historias.
 

II ACTO
Cuadro Primero

(Se ilumina la escena: interior de un bar. En la barra, Leo. En una mesa junto a la ventana se encuentra  una muchacha. Se escucha una voz en off.)

Leo nunca creyó en fantasmas. Nunca la gustaron las películas de terror, ni las novelas de suspenso. Sin embargo, algo iba a cambiar su forma de pensar. Una noche como tantas, Leo salió de trabajar y caminó hasta el bar. Se sentó en la barra y mientras esperaba que lo atendieran la vio. Etérea, angelical, imposible. Sentada sola en una mesa junto a una ventana. Una atracción inhumana lo obligó a acercarse a ella. Sin recordar su timidez la abordó.

LEO – No te había visto antes.
ELLA – No salgo muy seguido.
LEO - ¿Sos de por acá?
ELLA – Más o menos, soy de todos lados.
LEO - ¿Y qué te trae a este lugar esta noche? ¿No es peligroso para una chica como vos andar sola por este acá?
ELLA – Digamos que me trae una pena muy grande. Y no, no hay nada más peligroso para mí que la soledad del invierno. (Mira el reloj) perdón pero ya se me hace tarde.
LEO – Vamos te acompaño hasta tu casa.

Cuadro Segundo

(Se oscurece la escena. Cuando se ilumina nuevamente están caminando en la oscuridad de la noche, bajo la luz de la luna. Se detienen cuando llegan al frente del Cementerio de la Recoleta.)

ELLA – Gracias, pero desde acá sigo sola.
LEO - ¿Cómo? No, ni loco te dejo acá sola, ¿No te da miedo?
ELLA – No le tengo miedo a la muerte, aunque es solitaria, es mas difícil vivir.
(Leo toma una flor y se la da)
ELLA – Gracias, es hermosa. La voy a llevar siempre conmigo. (Comienza a marcharse)
LEO – (Ansioso, la sujeta por el brazo) ¡Esperá! No me dijiste tu nombre. ¿Nos vamos a volver a ver?
ELLA – Mi nombre es Alma Núñez y no te preocupes, yo te voy a saber encontrar.
(Se oscurece la escena)

Cuadro Tercero

(Mientras se ilumina la escena lentamente, se escucha una voz en off. La acción transcurre frente a la casa de la muchacha. El frente de una casa, y la puerta, a la cual llama Leo. Toca el timbre y aparece el padre).

Pasaron días, semanas y Leo no tenia noticias de ella. Su imagen angelical lo obsesionaba y la veía en vigilia y en sueños. Por más que trataba no podía olvidar aquella noche y la melancólica figura de la chica del bar. Sin poder esperar mas tomó una decisión: la buscaría con todas sus fuerzas hasta encontrarla. Llamó a todas las Núñez de la guía; preguntó a todos sus conocidos y a desconocidos también. Finalmente dio con ella. Tomó su dirección y llegó lo más pronto que pudo a la casa de Recoleta. Y sin dudarlo, tocó la puerta.

PADRE - ¿Si?, ¿Quién es?
LEO – Hola, disculpe, estoy buscando a Alma.
PADRE – Lo siento, pero ella no está.
LEO – (desesperado) Pero, ¿No sabe cuándo vuelve? ¡Hace muchos días que la estoy buscando!
PADRE – Pero… ella murió hace cinco años.
LEO – (sorprendido) No puede ser señor, si yo la vi hace unos días. La vi en un bar, conversamos y luego caminamos un rato. 
PADRE – (enojado y sin entender) Discúlpeme pero no estoy para bromas. Si desea ver a mi hija puede ir al cementerio de la Recoleta. Allí es donde se encuentra desde hace cinco años.
 

Sin saber si podía confiar en su cordura, corrió las cuadras que lo separaban del cementerio. Su corazón palpitaba desbocado. Miles de pensamientos se arremolinaban en su cabeza y ninguno tenía sentido. Corrió entre las tumbas de personas anónimas para él, cuya existencia no tenía significado alguno en su vida. Se negaba a encontrar la que buscaba. Finalmente vio sobre una de las tumbas que se encontraba cubierta de hojas secas, la misma flor que él le había regalado hace unos días la primera vez que la vio. Pensó que todo había sido un sueño, sin embargo, supo que esa era la morada final de aquella hermosa  y etérea joven que había conocido, cuando vio la flor que él le había regalado. Él nunca había creído en fantasmas hasta ese día cuando  descubrió que la persona que le ha  había robado el corazón no pertenecía al mundo de los que aún respiran.

Camila Ma. y  Luciana S, en colaboración con  todo 5°A